lunes, 17 de junio de 2013

Tras amenazas de boycott, Whole Foods cambia política racista que prohibía a empleados hablar español

Tras la debacle causada por la suspensión de dos empleados por hablar español en una tienda Whole Foods ubicada en Nuevo México, la empresa de comida orgánica y saludable, se vio obligada a cambiar su política de empresa.

Tras la suspensión de dos empleados, de nombre Bryan Baldizan y Lupe Gonzalez, por hablar en el idioma español dentro de las instalaciones de la empresa, Whole Foods se vio obligada a cambiar su política respecto al uso del idioma español.

En una carta abierta en el blog de la empresa, el CEO Walter Robb insistió en que la suspensión de Lupe y Bryan fue por un “comportamiento no aceptable”, no por hablar en su idioma nativo.
Sin embargo, casi el 50% de los habitantes de Nuevo México son de origen latino. Muchos de ellos hablan y se comunican en español.


Por esto, la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos llamó a un boycott contra la tienda de supuestas raíces “hippies” e incluyentes. Ante esta perspectiva, Whole Foods se vio forzada a cambiar las reglas corporativas, casi a regañadientes.

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