El Departamento de Seguridad Nacional dio marcha atrás abruptamente a sus pretensiones de que una compañía privada diera acceso a una base de datos nacional con información de rastreo de matrículas.
La dependencia dijo que el nuevo secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, ordenó la cancelación de la propuesta de contrato.
De acuerdo con la propuesta, la base de datos sería usada por la Policía de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) para rastrear a inmigrantes que hayan cometido delitos u otras personas que estén siendo buscadas por las autoridades.
El Departamento de Seguridad Nacional informó que la notificación de contrato fue publicada sin "el conocimiento de la directiva del ICE". Johnson ha ordenado que se realice una revisión de la propuesta original.
La notificación de contrato, publicada la semana pasada, se daba en medio de una creciente preocupación sobre la vigilancia del gobierno a ciudadanos estadounidenses, pero no aborda potenciales consecuencias de privacidad.
La portavoz de ICE, Gillian Christensen, dijo el miércoles antes del anuncio de cancelación que a la base de datos "sólo podría accederse en relación con investigaciones delictivas en curso o para ubicar a individuos buscados".
Las agencias del orden público han estado usando lectores de matrículas durante años, pero quienes defienden el derecho a la privacidad han expresado su preocupación de que la irrestricta recolección de tal información podría permitir el rastreo de cada una de las actividades de un ciudadano promedio. Mientras tanto, legisladores de diferentes partes del país han estado debatiendo si se debe controlar y cómo se controlaría la recolección y uso de información de matrículas.
Al menos 14 estados analizan medidas que frenarían labores de vigilancia, incluyendo el uso de lectores de matrículas.
Los lectores de matrículas —básicamente cámaras que toman fotografías a gran velocidad de matrículas y vehículos mientras éstos viajan— se encuentran en uso en un sinfín de lugares, por compañías privadas y agencias del orden público. Pero no es sólo el número de matrícula lo que queda registrado. Los lectores —ya sea que estén montados en vehículos de la policía, en semáforos o en casetas de cobro— registran la fecha, hora y ubicación del vehículo al momento de que la fotografía es tomada.
De acuerdo con la propuesta de contrato, el gobierno desea "un acercamiento de la matrícula y una toma abierta del vehículo".
El Departamento de Seguridad Nacional también decía que quería tener acceso inmediato e ininterrumpido a los registros y pedía a quien obtuviera el contrato que brindara la información a través de una aplicación para smartphone. La notificación no señalaba por cuánto tiempo serían guardados los registros o qué otras agencias del gobierno tendrían acceso a esa mina informativa.
La dependencia dijo que el nuevo secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, ordenó la cancelación de la propuesta de contrato.
De acuerdo con la propuesta, la base de datos sería usada por la Policía de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) para rastrear a inmigrantes que hayan cometido delitos u otras personas que estén siendo buscadas por las autoridades.
El Departamento de Seguridad Nacional informó que la notificación de contrato fue publicada sin "el conocimiento de la directiva del ICE". Johnson ha ordenado que se realice una revisión de la propuesta original.
La notificación de contrato, publicada la semana pasada, se daba en medio de una creciente preocupación sobre la vigilancia del gobierno a ciudadanos estadounidenses, pero no aborda potenciales consecuencias de privacidad.
La portavoz de ICE, Gillian Christensen, dijo el miércoles antes del anuncio de cancelación que a la base de datos "sólo podría accederse en relación con investigaciones delictivas en curso o para ubicar a individuos buscados".
Las agencias del orden público han estado usando lectores de matrículas durante años, pero quienes defienden el derecho a la privacidad han expresado su preocupación de que la irrestricta recolección de tal información podría permitir el rastreo de cada una de las actividades de un ciudadano promedio. Mientras tanto, legisladores de diferentes partes del país han estado debatiendo si se debe controlar y cómo se controlaría la recolección y uso de información de matrículas.
Al menos 14 estados analizan medidas que frenarían labores de vigilancia, incluyendo el uso de lectores de matrículas.
Los lectores de matrículas —básicamente cámaras que toman fotografías a gran velocidad de matrículas y vehículos mientras éstos viajan— se encuentran en uso en un sinfín de lugares, por compañías privadas y agencias del orden público. Pero no es sólo el número de matrícula lo que queda registrado. Los lectores —ya sea que estén montados en vehículos de la policía, en semáforos o en casetas de cobro— registran la fecha, hora y ubicación del vehículo al momento de que la fotografía es tomada.
De acuerdo con la propuesta de contrato, el gobierno desea "un acercamiento de la matrícula y una toma abierta del vehículo".
El Departamento de Seguridad Nacional también decía que quería tener acceso inmediato e ininterrumpido a los registros y pedía a quien obtuviera el contrato que brindara la información a través de una aplicación para smartphone. La notificación no señalaba por cuánto tiempo serían guardados los registros o qué otras agencias del gobierno tendrían acceso a esa mina informativa.
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