viernes, 14 de febrero de 2014

Republicanos con temor a repercusiones políticas de reforma migratoria


El presidente Barack Obama insistió hoy en que solo el Congreso es quien puede aprobar una reforma migratoria y aunque hay republicanos que la apoyan, muchos temen las repercusiones políticas en un año electoral.

Durante el último día del retiro anual de los demócratas de la Cámara de Representantes en Cambridge, Obama dijo que la reforma migratoria y un aumento al salario mínimo federal son dos cosas que él no puede hacer a través de una orden ejecutiva y solo el Congreso puede aprobarlas.

“Creo francamente que hay gente en el otro bando del Congreso que genuinamente quiere lograr esto [la reforma migratoria], pero están preocupados y tienen miedo de la repercusión política. Acá todos son funcionarios elegidos y podemos entender las maniobras que ocurren, particularmente en un año electoral”, señaló Obama en un discurso de 11 minutos.

Sin embargo, subrayó Obama, los líderes políticos deben recordar que “hay gente detrás de las estadísticas, que hay vidas afectadas, que postergar las cosas para otro año, otros dos o tres años, perjudica a la gente, nuestra economía, las familias”.

Según Obama, los líderes políticos deben siempre recordar que su trabajo consiste en “ayudar a un montón de gente allá afuera, nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestras comunidades, que aún luchan, necesitan nuestra ayuda, y están dependiendo de nosotros”.

El mandatario, que es objeto de fuertes presiones para ampliar los alivios migratorios para los indocumentados, destacó la importancia de “asegurar que este año sigamos teniendo progreso aún si seguimos afrontando un poco de resistencia” de los republicanos.

Obama reiteró su postura de que Estados Unidos necesita de forma prioritaria una política migratoria “inteligente” que permita el crecimiento de la economía, sacar de la sombra a la población indocumentada, y alentar el avance de los negocios.

Una vasta coalición de grupos pro reforma le echa en cara a Obama que, desde que asumió el poder en 2009, su gobierno ha deportado a cerca de dos millones de indocumentados, aún si muchos no tienen antecedentes criminales.

Por ello, le piden también que ponga en marcha un alivio migratorio, como el que concedió a jóvenes “Soñadores” en 2012, para proteger de la deportación a los indocumentados que se beneficiarían de la eventual reforma migratoria que apruebe el Congreso.

Estos grupos han prometido continuar este año su militancia a favor de la reforma y para exigir el cese de las deportaciones, incluyendo protestas, ayunos, y actos de desobediencia civil frente a la Casa Blanca.

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