domingo, 12 de enero de 2014

Recortes de apoyo para el desempleo dejan a cientos de miles en la incertidumbre

Un recorte en los beneficios para los desempleados de larga duración ha dejado a más de 1,3 millones de estadounidenses preguntándose: ¿Ahora qué?

Sin esa ayuda, muchos abandonarán la búsqueda de trabajo, un éxodo que podría empequeñecer los 347.000 estadounidenses que dejaron de hacerlo en diciembre. Los que reciben beneficios deben, por ley, buscar empleo como condición.

Algunos de los que perdieron los beneficios dijeron que adelantarán su retiro. Otros acumularán deudas para pagar estudios y a la postre una segunda carrera. Y muchos recurrirán a la familia, amigos y otros programas gubernamentales.

Stan Osnowitz, un electricista de 67 años de Baltimore, perdió los 430 dólares semanales que recibía en beneficios. El dinero pagaba la gasolina para seguir buscando trabajo.

Osnowitz considera que una extensión de tres meses — una alternativa considerada por el Congreso —le permitiría seguir buscando empleo en primavera, cuando aumenta la demanda laboral, especialmente de electricistas.

Osnowitz reconoce que a su edad, la posibilidad de desempeñar un empleo con salario mínimo es deprimente.

"Tengo dos alternativas", afirma Osnowitz. "Puedo trabajar en McDonald's o algo así y abandonar todo lo que he estudiado y todo lo que he trabajado y la experiencia que tengo. O puedo jubilarme".

La ayuda federal de emergencia se acabó el mes pasado. Desde su adopción en la crisis financiera del 2008, la prolongación de los beneficios federales fue a parar a millones de personas que habían agotado sus estipendios estatales regulares, en general seis meses.

La duración de los beneficios federales varía de estado a estado, hasta 47 semanas. Debido a ello, los desempleados de larga duración en Rhode Island podían recibir un total de 77 semanas — 26 semanas de beneficios regulares estatales y 47 del ahora inexistente programa federal.

La proporción de estadounidenses en la fuerza laboral ha caído al nivel mensual más bajo en casi 36 años, anunció el viernes el Departamento de Trabajo. La tasa de desempleo bajó del 7% al 6,7%, pero básicamente se debe a que más estadounidenses dejaron de buscar trabajo. Una vez que las personas dejan de buscar empleo el gobierno no las considera ya desempleadas.

Ya que los beneficios por desempleo obligan a los que los reciben a buscar trabajo, muchos de los que habrían dejado de hacerlo han continuado haciéndolo. Los beneficios federales aliviaron sus penurias financieras, aunque el problema fundamental va más allá de la ayuda por desempleo: la ausencia de trabajo con buenos salarios para los que sigue afectados por los efectos de la recesión.

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