lunes, 18 de agosto de 2014

Autoridades dispersan a manifestantes en Ferguson


Disparos fueron escuchados y la policía utilizó gases lacrimógenos y granadas de humo para dispersar a los manifestantes al desatarse el caos la noche del domingo en la ciudad de Ferguson, Missouri, la cual ha sido sacudida por protestas desde que un adolescente negro desarmado fue baleado por la policía la semana pasada.

Cientos de manifestantes, incluidos niños pequeños, huyeron en busca de refugio después de que policías con máscaras antigas y vistiendo chalecos antibalas dispararon granadas de humo para dispersarlos horas antes de un toque de queda fijado para la medianoche.

La Patrulla de Caminos de Missouri dijo que algo de gas lacrimógeno fue utilizado junto con las granadas de humo. Disparos fueron escuchados por un periodista y un fotógrafo de Reuters, pero no estaba claro de dónde venían.

Una multitud de unas 400 personas parecía estar marchando pacíficamente, e incluía numerosas familias con niños, cuando la policía utilizó granadas de humo para dispersarlos.

"Las bombas de humo no fueron provocadas", dijo Anthony Ellis, de 45 años. "Esto (la protesta) fue dirigido por niños en bicicleta. A continuación, ellos están diciendo, '¡Váyanse a casa, váyanse a casa!'".

La Patrulla de Caminos de Missouri dijo que "agresores" estaban tratando de infiltrarse en un puesto de comando de agentes de la ley y que los vehículos blindados fueron desplegados para garantizar la seguridad pública.

"Les pedimos que retrocedieran. Les pedimos de nuevo que retrocedieran. Después de varios intentos, se utilizó el humo para dispersar a estos individuos", dijo el agente de la Patrulla de Caminos de Missouri Justin Wheetley.

Wheetley dijo más tarde que al menos una bomba molotov había sido arrojada contra la policía, aunque algunos testigos dijeron que esas eran bombas lacrimógenas que fueron lanzadas de vuelta a la policía.

La acción policial, que involucró agentes fuertemente armados y vehículos blindados, tuvo lugar horas antes de un toque de queda de medianoche impuesto por segunda noche en el suburbio de St. Louis que ha sido escenario de protestas, así como de violencia y saqueos, desde que Michael Brown, de 18 años, fue murió baleado el 9 de agosto.

Más temprano el domingo, el fiscal general Eric Holder ordenó una autopsia federal al cuerpo de Brown, buscando asegurar a su familia y la comunidad que habrá una investigación a fondo de una muerte que ha provocado días de protestas raciales.

Brown fue baleado por el policía blanco Darren Wilson. La policía dijo que Wilson pidió a Brown que saliera de la carretera para detenerse en una acera, y que Brown se introdujo en un coche patrulla y luchó con Wilson para quitarle su arma de servicio y recibió un disparo.

Un amigo de Brown, Dorian Johnson, de 22 años, y al menos otro testigo dijeron que Wilson extendió la mano a través de la ventanilla del coche para agarrar a Brown y el adolescente estaba tratando de escapar cuando el agente abrió fuego.

Brown levantó las manos en señal de rendición, pero Wilson se bajó de su coche patrulla y le disparó varias veces, dijeron.

Una autopsia preliminar privada, solicitada por la familia de Brown, reveló que el adolescente recibió al menos seis disparos, reportó el New York Times el domingo por la noche.

Citando al doctor Michael M. Baden, ex médico forense de la Ciudad de Nueva York, el periódico reportó que Brown recibió dos disparos en la cabeza, y que las balas que lo alcanzaron no parecía haber sido disparadas desde muy cerca, porque no se detectó pólvora en su cuerpo.

Esta conclusión podría cambiar, sin embargo, si se encuentran residuos de disparos en la ropa de Brown, dijo el diario.

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