martes, 12 de agosto de 2014

Comienza juicio por discriminación contra latinos en Carolina del Norte

 En el primer día del juicio de un caso en que se acusa de caracterización racial a un jefe policial de Carolina del Norte, dos policías retirados que fueron supervisores testificaron el martes que su antiguo jefe pedía a los agentes encarcelar a conductores hispanos por infracciones de tránsito, en vez de multarlos.

El Departamento de Justicia federal ha acusado a Terry Johnson, jefe de la policía del condado Alamance, de usar su cargo para infringir la promesa de protección igualitaria ante la ley y la prohibición de realizar registros sin causa probable, consagradas en la Constitución. El juez federal de distrito Thomas Schroeder escucha el caso sin jurado.

Los tenientes retirados Ken Evans y Stephen Perry testificaron que, durante un retén de revisión vial en 2007 ó 2008, Johnson exigió que encarcelaran a los conductores hispanos. El punto de control fue colocado durante la hora de mayor tráfico en la mañana frente a una zona de casas móviles habitada en su mayoría por latinos, según el testimonio.

Aunque temía que Johnson lo podía despedir, dijo Evans, antes de retirarse en 2012 aceptó hablar con investigadores del Departamento de Justicia. Dijo que le preocupaba que los policías jóvenes adoptaran las prioridades de Johnson.

"Yo estaba preocupado por la influencia que tenía sobre sus jóvenes carreras", afirmó Evans. "Si lo hacían, sería terrible para ellos y el país".

El gobierno dijo que una investigación del Departamento de Justicia concluyó que los agentes del condado Alamance escogían rutinariamente a hispanos para detenerlos cuando conducían sus autos. Un estudio estadístico ordenado por dicho departamento concluyó que los conductores hispanos tenían 10 veces más probabilidades de ser detenidos en la vía que los no latinos, afirmó el gobierno.

El abogado defensor S.C. Kitchen dijo que el caso dependerá del testimonio de testigos, entre ellos varios policías en servicio y retirados, al tiempo que agregó que el gobierno no podrá probar un patrón claro de discriminación contra los hispanos porque no existía tal cosa.

"No ha habido caracterización racial o étnica", dijo.

José Luis Arzola, vecino de Burlington, testificó que durante una parada de tráfico en 2010 por un policía de Alamance le pidieron sus "papeles". Pero después que le dijo al agente que los documentos que mostraban que era un inmigrante autorizado estaban en su casa, le devolvieron la licencia de 
conducción y lo dejaron ir sin multarlo. Arzola dijo que también sufrió dos robos en su casa y felicitó a los agentes por recoger huellas digitales y revisar el vecindario en busca de pistas.

"Me trataron de manera excelente", afirmó.

Cuando el abogado de Johnson interrogó a Evans dijo que fue degradado de subjefe de policía a teniente luego de que Johnson asumió el cargo en 2002, y que su sobrino y la mujer con que más tarde se casó fueron despedidos. Evans dijo que estaba feliz de poder mantener su empleo durante la transición a pesar de perder aproximadamente el 10% de su salario.

Johnson, republicano, se ha postulado sin oposición a la reelección como jefe de policía a un cuarto período en noviembre.
El Departamento de Justicia dijo que Johnson la tomaba con los hispanos para aumentar las deportaciones después que su departamento comenzó a participar en 2007 en el programa federal 287(g), que capacitaba a agentes locales para realizar verificaciones de inmigración. Los hispanos arrestados en el condado eran referidos automáticamente a investigadores de la Policía de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) para su posible deportación.
El ICE canceló su acuerdo con el condado Alamance en 2012.

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