viernes, 22 de agosto de 2014

El Estado Islámico podría decapitar a más periodistas


De acuerdo a el diario The New York Times, unos 20 periodistas están en poder del grupo terrorista ISIS y podrían ser decapitados próximamente.

El diario  ha declarado que tiene información de tres fuentes distintas de que otros tres periodistas podrían ser ejecutados.

The New York Times señaló que habló con familiares de periodistas secuestrados, con corresponsales que han sido liberados y conocen los planes del Estado Islámico y con mediadores que tratan de llegar a un acuerdo con los terroristas para que liberen a los reporteros de diferentes nacionalidades.

El estadounidense James Foley, decapitado a manos de yihadistas del Ejército Islámico (EI) en Siria, era un veterano y experimentado vídeo-periodista que ya había sido secuestrado en Libia en 2011 y quien se reconocía seducido por la adrenalina de la primera línea de combate.

"Creo que el periodismo en la primera línea es importante, sin esas fotos y vídeos y experiencia de primera mano no podemos contar realmente al mundo lo terrible que puede ser", aseguro Foley en una entrevista en la web GlobalPost, de la que era colaborador.

En ella, al relatar su cautiverio de dos meses en Libia en 2011, en el que vio morir a su amigo el fotógrafo sudafricano Anton Hammerl por fuerzas del entonces presidente Muamar Gadafi, reconocía la fascinación por narrar lo que realmente ocurre.

"Es una lucha, porque siempre está esa seducción para alguna gente hacia el combate. Siempre está la adrenalina de estar cerca del combate, y ser capaz de regresar y contar esa historia", agregaba el reportero, que trabajó como "freelance" en coberturas previas, tanto en Afganistán como en Irak, Libia o Siria.

Tras Libia, decidió regresar a la región, esta vez a Siria, para relatar la guerra civil entre las fuerzas del gobierno de Bachar al Asad y los rebeldes sirios, entre los que figuraban yihadistas del Ejército Islámico.

En noviembre de 2012, cuando se dirigía hacia la frontera siria con Turquía, fue secuestrado de nuevo.

El reportero, nacido en Rochester, Nuevo Hampshire, se había graduado en Historia en la Universidad de Marquette, Wisconsin y tras decidirse por el periodismo como carrera profesional, se apuntó al prestigioso programa Medill de la Universidad Northwestern, Illinois, que culminó en 2008.

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