jueves, 19 de junio de 2014

Maestra es víctima de violación en una prisión de Arizona


Una maestra de la prisión de Arizona fue apuñalada y agredida sexualmente por un violador convicto cuando se encontraba sola en una habitación llena de delincuentes sexuales, de acuerdo con documentos obtenidos por The Associated Press, sobre un ataque que puso de relieve los principales fallos en la seguridad de la instalación.

El ataque ocurrió el 30 de enero en la Unidad Meadows de la prisión de Eyman, que alberga a unos 1,300 violadores, pederastas y otros delincuentes sexuales. La profesora estaba aplicando un examen de equivalencia de escuela secundaria en un aula con media decena de reclusos y sin ningún guardia cerca, tan sólo una radio para pedir ayuda.

El Departamento de Prisiones emitió sólo un comunicado escueto después del ataque, pero la AP ha reconstruido la historia completa a partir de entrevistas y reportajes de investigación obtenidos en virtud de la Ley de Registros Públicos de Arizona.

Después de que el último de los presos se fue, Jacob Harvey preguntó a la profesora si le podía abrir el baño y entonces la atacó, según los documentos. Harvey está acusado de herirla clavándole un bolígrafo en la cabeza y obligándola a tumbarse en el suelo, dónde la violó.

La maestra declaró ante los investigadores que gritó pidiendo ayuda pero nadie llegó a socorrerla. Poco después Harvey intentó utilizar su radio para pedir ayuda, pero al parecer estaba sintonizada en un canal que los guardias no suelen utilizar, de modo que Harvey permitió a la mujer usar tu teléfono móvil, según los informes.

Carl ToersBijns, ex director adjunto de la prisión, dijo que el ataque destaca la falta de personal crónica y las insuficientes políticas de seguridad que terminan por poner en peligro al personal de la prisión.

"Aquí tienes a un tipo que comete un delito terrible... y que se le ubica en un ambiente que en realidad le brinda la oportunidad de cometer su delito por culpa de la falta de personal", dijo ToersBijns, que era director adjunto de la prisión Eyman en Florence hasta su retiro en 2010 y supervisó la Unidad Meadows durante 19 meses.

Sin embargo, los funcionarios de prisiones del estado desestiman estas críticas. Creen que el ataque en la cárcel, a unas 60 millas al sureste de Phoenix, es parte de los riesgos que supone cuidar a reclusos violentos.

Harvey cumplía el primer año de una condena de 30 por violar a una mujer de Glendale en noviembre de 2011. Entonces él apenas tenía 17 años cuando llamó a la puerta de la mujer a plena luz del día, pidió un vaso de agua y luego la empujó al interior, donde la violó repetidamente y la golpeó a pesar de que su hijo de dos años estaba en el apartamento. Escapó desnudo cuando llegó la compañera de la mujer. Fue detenido gracias a pruebas de ADN que lo vincularon con el delito y se declaró culpable.

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