lunes, 14 de abril de 2014

Obama dialoga con Putin... con pocos avances

 En su primera conversación telefónica en más de dos semanas, el presidente Barack Obama y su colega ruso Vladimir Putin mostraron pocas señales de acuerdo el lunes. Obama exhortó a las fuerzas pro rusas a bajar de tono la situación en el oriente de Ucrania y Putin negó que Moscú interfiera en la región.

La Casa Blanca dijo que Putin fue el que llamó y la conversación ocurrió en momentos en que fuerzas pro rusas profundizaron sus actividades insurgentes en el este de Ucrania con la toma de una decena de edificios gubernamentales.

"El presidente expresó su profunda preocupación sobre el apoyo del gobierno ruso a las acciones de los separatistas pro rusos armados que amenazan con socavar y desestabilizar al gobierno de Ucrania", dijo la Casa Blanca al describir la conversación de Obama con Putin.

"El presidente enfatizó que todas las fuerzas irregulares que hay en el país deben deponer las armas y exhortó al presidente Putin a usar su influencia sobre estos grupos armados pro rusos para convencerlos de abandonar los edificios (del gobierno) que ya han tomado".

En su descripción de la llamada, el Kremlin dijo que Putin le comunicó a Obama que los informes de interferencia rusa en la región "se basaban en información poco fiable". El líder ruso también exhortó a Obama a pedir al gobierno de Ucrania que no use la fuerza contra esos elementos.

Las dos partes sugirieron que deben seguir adelante los planes de efectuar conversaciones el jueves en Ginebra entre Estados Unidos, Rusia, Ucrania y Europa. Pero la Casa Blanca dijo que Obama le expresó a Putin que aunque una solución diplomática sigue siendo su opción preferida, "no puede salir adelante en un entorno de intimidación militar rusa en la frontera con Ucrania, provocación armada dentro de Ucrania y una retórica cada vez más fuerte de funcionarios del Kremlin".

Por su parte, funcionarios estadounidenses afirman que hay pruebas persuasivas de que Rusia está fomentando la inestabilidad en el este de Ucrania, pero han indicado que Obama todavía no ha concluido que las acciones de Putin deben llevar a sanciones más amplias sobre sectores económicos clave de Rusia.

"Evaluamos activamente lo que sucede en el oriente de Ucrania, las acciones de Rusia, las transgresiones", dijo Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca. "Estamos colaborando con nuestros aliados y evaluando nosotros mismos la respuesta que podamos escoger".

Funcionarios estadounidenses confirmaron el lunes que el jefe de la CIA, John Brennan, visitó la capital ucraniana de Kiev el fin de semana, alejándose así de la costumbre del gobierno de no revelar los viajes de Brennan. El derrocado presidente ucraniano Víktor Yanukóvich acusó a Brennan de estar detrás de la decisión de Ucrania de enviar efectivos militares al oriente del país para tratar de aplastar una insurgencia pro rusa cada vez más audaz.

Aunque funcionarios estadounidenses negaron esas acusaciones, la confirmación de la visita de Brennan pudiera servir de leña para que las autoridades rusas esgriman un pretexto para incursionar más en el oriente de Ucrania.

Obama y Putin habían hablado por última vez el 28 de marzo. Desde entonces, fuerzas pro rusas han realizado operaciones relámpago para ocupar oficinas de gobiernos locales, estaciones de policía y un pequeño aeropuerto en el oeste de Ucrania. Por su parte, el gobierno ucraniano se ha mostrado incapaz de controlar a los separatistas, quienes exigen más autonomía del gobierno de Kiev y nexos más estrechos con Rusia.

La Casa Blanca ha culpado de la agitación a Rusia, diciendo que hay similitudes innegables entre la situación en Ucrania y las maniobras del Kremlin en Crimea, la península sobre el Mar Negro que Rusia se anexó el mes pasado.

"Hay pruebas convincentes de que Rusia está apoyando esos esfuerzos y participa en ellos", dijo Carney. "Se ha visto el esfuerzo coordinado y simultáneo en varias ciudades del oriente de Ucrania que seguramente no parece algo orgánico a los que observan la situación desde fuera".

A pesar de esas aseveraciones, no estaba claro si Estados Unidos planeaba responder con sanciones económicas más fuertes. Obama ha advertido repetidas veces que un mayor avance de Rusia en Ucrania significaría una escalada seria de la crisis que llevaría a una respuesta internacional más fuerte, como las perspectivas de sanciones al sector energético y otras industrias clave de Rusia.

Pero el gobierno ha evitado decir si las acciones rusas han cruzado esa línea. Aunque funcionarios estadounidenses siguen tratando de recabar apoyo en Europa para imponer mayores sanciones, Europa tiene una profunda relación comercial con Rusia y por ello probablemente perdería más ante una respuesta rusa.

Como parte de ese esfuerzo, Obama habló el lunes con el presidente francés Francois Hollande. El líder francés expresó en un comunicado que él y Obama discutieron la importancia de evitar provocaciones en Ucrania y establecer una política de sanciones fuertes y calibradas junto con otros aliados europeos.

Un alto funcionario de la Unión Europea dijo que los ministros de Relaciones Exteriores decidieron el lunes sancionar a más rusos con congelamiento de activos y cancelaciones de visa, aunque parecieron opuestos a imponer sanciones económicas más amplias a Moscú.

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