Un ex funcionario del Ayuntamiento el cual se ha convertido en un símbolo de avaricia municipal fue sentenciado ayer a 12 años de prisión, menos de la mitad del tiempo que le tomará a Bell, un suburbio de Los Ángeles que casi está en la bancarrota, salir de una deuda de casi 150 millones de dólares que dejó.
Un juez también le ordenó al ex administrador de Bell, Robert Rizzo, que pagara 8.8 millones de dólares a manera de restitución, sin embargo, la fiscalía dio a conocer que sólo representa el dinero que tomó ilegalmente para él.
En total, Rizzo le costó a la modesta ciudad más de 150 millones de dólares ya que se adueñó de cuotas legales y recolectó impuestos de manera ilegal los cuales debe pagar, según indicaron fiscales y oficiales de Bell.
Anthony Taylor, un abogado que representa al ayuntamiento de Bell, le comentó a la juez Kathleen Kennedy de la Corte Superior del Condado Los Ángeles que “Ése es el resultado de un préstamo que no será pagado hasta el 2040”.
Rizzo fue arrestado en el 2010 después que quedó al descubierto que se estaba pagando un salario anual y un paquete de beneficios por un total de 1.5 millones de dólares por encargarse de la administración de una ciudad en donde la cuarta parte de la población vive por debajo del cinturón federal de pobreza. Tan sólo, su salario de 800 mil dólares, duplica el del presidente de Estados Unidos.
Su principal asistente tenía un salario y un paquete de beneficios por un total de 564 mil dólares y la mayoría de los miembros del Consejo de la Ciudad de Bell estaban recibiendo aproximadamente 100 mil dólares al año.
Angela Spaccia, la ex asistente del alcalde, fue sentenciada la semana pasada a casi 12 años en prisión y cinco ex miembros del consejo enfrentan hasta cuatro años cuando sean sentenciados a finales de este año. Sin embargo, Kennedy, comentó que toda esta estafa podía ser rastreada hasta Rizzo.
“Rizzo lo controlaba todo”, dijo la juez, haciendo notar que repartió millones de dólares en créditos ilegales a casi todos los que lo solicitaron e incrementó los salarios a niveles que la juez catalogó como “absolutamente ridículos”.
“Nadie quería dar a conocer esto porque a todos les pagaban muy bien”, agregó.
Cuando alguien se quejaba, dijo Kennedy, Rizzo se deshacía de ellos y cuando algunas personas del público le pedían cuentas, falsificaba los registros públicos para ocultar el fraude.
Rizzo, quien fue alcalde de la ciudad de Bell durante 18 años, le dijo a la juez que “desempeñó su cargo muy bien”, durante los primeros 12 años pero luego se descarriló y se puso a sí mismo en primer lugar y no a los residentes de la ciudad.
“Siento mucho, mucho, mucho todo esto. Les ofrezco disculpas. Si pudiera retroceder el tiempo y cambiar las cosas, lo haría”, aseguró.
Para el tiempo en que fue arrestado, Rizzo había amasado una fortuna. Era propietario de una cuadra de caballos en el estado de Washington, varios caballos de carreras pura sangre y una elegante casa en Huntington Beach.
Kennedy comentó que tomó en cuenta la disculpa. “Pero eso no cambia el hecho de que Rizzo haya hecho algunas cosas muy malas durante mucho tiempo”, dijo.
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