miércoles, 4 de junio de 2014

Juez en México otorga protección a menor contra ‘bullying'


Una niña de 11 años que estudia la primaria en Iztapalapa, una de las delegaciones de la capital mexicana, tendrá escolta para que la proteja en los cambios de clase, entradas, salidas y recreos de las amenazas de uno de sus compañeros que la acosa con objetos punzocortantes y propuestas sexuales.

Víctima de bullying, la menor interpuso una demanda judicial, bajo la tutela de su tío, porque las autoridades escolares ignoraron las quejas sobre la conducta del muchacho que llegó a mostrarle a ella y otras compañeras de aula los genitales.

En respuesta, un juez sentenció que, además de la escolta femenina que acompañará a la jovencita, la directora Regional de Servicios Educativos deberá hacer mensualmente un reporte sobre las acciones que el centro educativo realiza para evitar estas conductas; de los contrario, serán destituidos y consignados por abuso de autoridad.

Este es el primer caso que sienta un precedente legal en el país.
México ocupa el primer lugar internacional en casos de bullying en educación básica con casi 19 millones de alumnos de educación básica afectados, según cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México concluyó el año pasado que aquí no cuenta con un sistema eficiente para erradicar el acoso escolar que ha escalado en saña: de las burlas a los golpes; de la intimidación, al asesinato.

En mayo pasado, un estudiante del fronterizo estado de Tamaulipas falleció cuando sus compañeros lo aventaron contra la pared y, en el Estado de México, un niño de 13 años murió baleado por uno de sus compañeros.

Otros casos recientes de violencia escolar se presentaron en Zacatecas, Sonora y el Distrito Federal.

En el primero, una adolescente fue golpeada por una de sus compañeras y obligada a arrodillarse y pedir perdón por supuestas ofensas; en el segundo, un estudiante dejó inconsciente a una niña sobre el pupitre tras apretarle el cuello y, en el Distrito Federal, las agresiones racistas contra una menor mixteca llevó a tres adolescentes hasta un Centro de Diagnósticos, que es la antesala del reformatorio.

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