El presidente Barack Obama se mostró furioso por el creciente escándalo sobre la atención a los veteranos de guerra de parte del departamento encargado y dijo que no tolerará “que se maquillen las cifras”.
La molestia de Obama se refiere a una investigación periodística que denunció que los tiempos que algunos veteranos tuvieron que esperar en un hospital de Phoenix antes de ser atendidos se extendían tanto que presuntamente 40 pacientes murieron sin recibir la atención oportunamente.
Esos números habrían sido “maquillados” para aparentar que se daba buen servicio y para que los funcionarios recibieran bonificaciones por su eficiencia.
El presidente dijo que de ser ciertos esos informes, esto sería una situación “intolerable” y "vergonzosa".
La semana pasada Eric Shinseki, el secretario de la Administración de Veteranos, fue llamado ante el Congreso para testificar sobre el problema, donde se encontró con la demanda de que renuncie al cargo. Demandas similares han sido hechas por la American Legion, una asociación de veteranos.
Obama no llegó a tanto y de hecho defendió a Shinseki de quien dijo es "buen soldado", pero agregó que esperará un reporte de auditoría de 26 sitios de la Administración de Veteranos antes de deducir responsabilidades.
El presidente habló con los periodistas luego de reunirse con Shinseki y con el subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Rob Nabors, quien está a cargo de la investigación.
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