viernes, 22 de agosto de 2014

Estados Unidos condena el avance ruso en Ucrania


El gobierno del presidente Barack Obama condenó el viernes el movimiento de un convoy ruso en el este de Ucrania, llamándolo una violación de la soberanía de Ucrania y exigiendo su retirada.

“Estamos profundamente preocupados por esto”, dijo Ben Rhodes, asesor adjunto de seguridad nacional del presidente Barack Obama.

Rhodes dijo que Rusia se enfrentaría a costos adicionales si no retira el convoy.

El asesor agregó que Estados Unidos tratará el asunto el viernes con sus socios en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Por su parte, John Kirby, el secretario de prensa del Pentágono, contralmirante, advirtió a Rusia sobre las consecuencias de no retirar el convoy de Ucrania.

“Rusia debe retirar sus vehículos y su personal desde el territorio de Ucrania de inmediato”, dijo Kirby. “El no hacerlo resultará en costos y el aislamiento adicionales”.

Kirby dijo que Estados Unidos no está seguro del contenido de los camiones rusos.

Informes procedentes de Ucrania señalaron que camiones con alimentos, agua, generadores y sacos de dormir cruzaron a regiones controladas por los rebeldes de Ucrania el viernes por la mañana sin el permiso del gobierno en Kiev.

Ucrania dijo que la medida de Rusia un “invasión directa”.

Kirby señaló que el ministro de Defensa de Rusia recientemente “garantizó” al secretario de Defensa Chuck Hagel que los militares rusos no invadirían Ucrania.

En la sede de la OTAN en Bruselas, el secretario general de la alianza condenó a Rusia por enviar un “supuesto” convoy humanitario al este de Ucrania.

Anders Fogh Rasmussen dijo que la decisión unilateral de Rusia de enviar más de 130 camiones llenos de lo que calificó como la ayuda humanitaria a las zonas controladas por los rebeldes es “una violación flagrante de los compromisos internacionales de Rusia” y “una nueva violación de la soberanía de Ucrania por parte de Rusia”

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso informó en un comunicado que se han “agotado” todas las excusas y que el convoy se dirigía hacia el bastión rebelde de Luhansk, en el este de Ucrania, donde los rebeldes prorrusos luchan contra las fuerzas del gobierno.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó que no acompañó el convoy porque no había recibido “suficientes garantías de seguridad” de “las partes en conflicto”.

El CICR agregó que su equipo en Luhansk reportó “fuertes bombardeos durante la noche”.

El portavoz militar ucraniano, Andriy Lysenko, dijo que los camiones "pasaron a Ucrania sin aprobación ni participación de Cruz Roja Internacional o los guardias fronterizos (ucranianos)".

El convoy había estado esperando por más de una semana en la frontera, en cumplimiento de una serie de pasos formales que deberían ser completados, incluyendo una inspección de la Cruz Roja.

El gobierno de Kiev, que acusa a Rusia de armar y apoyar a los rebeldes, ha manifestado sospechas de que Moscú utiliza el convoy como pretexto de una invasión a gran escala.

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