De acuerdo a la encuesta más reciente realizada por el grupo Gallup, cuatro de cada diez afroamericanos (37 por ciento) confía en la policía en Estados Unidos, mientras que seis de cada diez blancos tiene una mayor confianza en ellos.
La combinación de datos de encuestas hechas por Gallup entre 2011 y 2014 muestra que el 56 por ciento de los estadounidenses en general confía "bastante o mucho" en la policía, mientras que 30 por ciento confía algo y 14 por ciento poco o casi nada.
La raza negra contestó que 25 por ciento confía poco o casi nada en la policía de Estados Unidos, mientras que 37 por ciento dijo que sí confiaba en ella.
"Los hombres jóvenes negros son más propensos que los hombres o mujeres negras de más edad a dar cuenta de un tratamiento injusto por parte de la policía", señaló Gallup.
La encuesta también demostró que los negros confían en otras instituciones por encima de la policía. La milicia, las organizaciones religiosas, el sistema médico, e incluso la presidencia, los pequeños negocios y las noticias en la televisión tienen más credibilidad para la raza negra que la policía, según Gallup.
Mientras que la policía se encuentra entre las tres instituciones mejor calificadas por los blancos, sólo por detrás de la milicia y los pequeños negocios.
El 53 por ciento de los negros, según una encuesta de Gallup en 2013, opina que son necesarias nuevas leyes sobre derechos civiles para reducir la discriminación que los perjudica, una opinión que comparte apenas el 17 por ciento de los blancos.
El sondeo realizado por Gallup coincide con la agitación social en la localidad de Ferguson, en el estado de Missouri, donde un policía blanco mató a balazos el 9 de agosto a Michael Brown, quien iba desarmado.
La muerte de Brown tomó dimensión nacional e hizo reavivar el espectro de los problemas raciales en Estados Unidos.
Las protestas y la violencia no han cesado en este poblado, cuya población es en su mayoría negra. En la última jornada de disturbios en Ferguson, 47 personas fueron detenidas.
Pese a que las manifestaciones del martes fueron pacíficas, al finalizar algunos asistentes lanzaron botellas de agua y orina contra la policía, obligando a una intervención policial.
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