martes, 19 de agosto de 2014

Aumentan las preocupaciones ante la ‘militarización' de la policía en EU


Las protestas y los disturbios en Ferguson, Missouri además de destapar un problema racial subyacente han desatado el debate sobre la presencia y actitud de la policía, obligada por un lado a permitir la protesta pacífica y por otro, a evitar que se desborde la violencia.

Jay Nixon, el gobernador del estado, ordenó el despliegue de la Guardia Nacional, una decisión que no es extraña en los casos de desobediencia civil en la historia de Estados Unidos.

Pero más que la presencia de la Guardia Nacional, es la actitud de la policía de Ferguson la que preocupa. Las primeras quejas se hicieron oír cuando en las primeras noches de disturbios, la policía utilizó trajes y equipos de tipo militar y no necesariamente el tipo de equipos antidisturbios que se utiliza en otros países y ciudades.

Las quejas han hecho eco de denuncias previas de que en Estados Unidos se ha tendido a militarizar a la policía, no solo por las armas y los equipos que utiliza –en muchos casos sobrantes de lo que compra el Pentágono—sino también por el tipo de entrenamiento que están recibiendo los nuevos reclutas que aspiran a formar parte de las fuerzas policiales.

Algunas academias policiales parecen estar poniendo más énfasis en la reacción agresiva ante las amenazas, preparando a sus cadetes para el combate en lugar de entrenarlos para el acercamiento, conocimiento y convivencia con la comunidad.

Así se explica que el presidente Barack Obama haya pedido al fiscal general Eric Holder que visite Ferguson, presuntamente para estudiar estas políticas de seguridad, a las que el presidente se refirió el lunes en su intervención

“Hay una gran diferencia entre nuestro Ejército y nuestra policía local, y no queremos que esas líneas se vuelvan borrosas”, dijo Obama. “Eso sería contrario a nuestras tradiciones”.

Obama también dejó en claro al gobernador Nixon que, de ser usada la Guardia Nacional, sea en una forma "limitada y apropiada".

El lunes por la noche la policía no hiso un solo disparo de arma de fuego, permitió la protesta pacífica e intentó dialogar con los manifestantes. La Guardia Nacional se mantuvo alejada de la zona de conflicto. No funcionó del todo, hubo infiltrados violentos, granadas de percusión, gases lacrimógenos, heridos y arrestados.

Requerirá de un mejor trabajo policial para calmar los ánimos y regenerar la confianza de los ciudadanos, algo que tomará tiempo.

Tal como lo enfatizó Obama, la superación de la desconfianza endémica entre muchas comunidades y su policía local requiere que los estadounidenses se dediquen a “escuchar y no sólo gritar”.

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